El 7 de febrero del año 2002 (INFO), J. Manuel de León P., dedicó un artículo de alabanza al padre Antonio María Hernández Hernández y a su buen hacer respecto al Hogar Santa Rita I y II, criticando además las opiniones de quienes a través de los medios de comunicación ponían en duda los propósitos de la entidad dirigida por el reverendo. He aquí, a continuación, el texto íntegro publicado en la columna "Clave de actualidad" de el periódico "El Día", donde de León expuso su criterio:
La magna obra del padre Antonio
El Día - Clave de actualidad - J. Manuel de León P.
A veces, de manera más emocional que racional, se utilizan los medios de comunicación para opiniones - orales o escritas - cuyos contenidos encierran manipulaciones respecto a la exactitud de los hechos que se manifiestan. Y da lo mismo que el motivo sea nimio, es decir, sin sentido, pues se presupone, a priori, la inspiración fidedigna que subyace en la moral del "escribidor" o tertuliano que ejercita la comunicación como dadora de libertad. Similar convicción guiaba el entusiasmo de Veleyo Patérculo, cuando escribía acerca de Catón (II, 35): "Más semejante a los dioses que a los hombres por su rectitud y su genio, nunca hizo el bien para que el mundo viera lo que hacía, sino porque le era imposible proceder de otra manera". Estas consideraciones, realizadas en el contexto de determinados criterios enfrentados, albergan el propósito de "destacar" la magna obra del religioso Antonio Mª Hernández, fundador del Hogar Santa Rita I y II, por medio del cual la vida a muchos ancianos se les hace más apacible y acogedora bajo la égida de la virtud que encarna la forma de ser y proceder de su mentor. Si esta necesidad no se hubiera satisfecho de la forma en que se ha hecho, dando hospedaje a unas ochocientas personas, la Administración hubiera tenido un grave problema social que afrontar. A Dios gracias, la virtud cristiana que encarna el padre Antonio, estrechamente vinculado a los más desvalidos, le viene realizando de manera especial. No obstante, las minorías que opinan lo contrario, desinformando a la opinión pública, un consejo: cámara en ristre y a comprobar "in situ" lo cuestionado. Así, sin cortapisas ni manipulaciones, podrán confirmar que las hazañas históricas no sólo son las proyectadas por los poderosos, también, empleando la frase de Kierkegaard, "las que unos cuantos pescadores ofrecieron al mundo".
La magna obra del padre Antonio
El Día - Clave de actualidad - J. Manuel de León P.
A veces, de manera más emocional que racional, se utilizan los medios de comunicación para opiniones - orales o escritas - cuyos contenidos encierran manipulaciones respecto a la exactitud de los hechos que se manifiestan. Y da lo mismo que el motivo sea nimio, es decir, sin sentido, pues se presupone, a priori, la inspiración fidedigna que subyace en la moral del "escribidor" o tertuliano que ejercita la comunicación como dadora de libertad. Similar convicción guiaba el entusiasmo de Veleyo Patérculo, cuando escribía acerca de Catón (II, 35): "Más semejante a los dioses que a los hombres por su rectitud y su genio, nunca hizo el bien para que el mundo viera lo que hacía, sino porque le era imposible proceder de otra manera". Estas consideraciones, realizadas en el contexto de determinados criterios enfrentados, albergan el propósito de "destacar" la magna obra del religioso Antonio Mª Hernández, fundador del Hogar Santa Rita I y II, por medio del cual la vida a muchos ancianos se les hace más apacible y acogedora bajo la égida de la virtud que encarna la forma de ser y proceder de su mentor. Si esta necesidad no se hubiera satisfecho de la forma en que se ha hecho, dando hospedaje a unas ochocientas personas, la Administración hubiera tenido un grave problema social que afrontar. A Dios gracias, la virtud cristiana que encarna el padre Antonio, estrechamente vinculado a los más desvalidos, le viene realizando de manera especial. No obstante, las minorías que opinan lo contrario, desinformando a la opinión pública, un consejo: cámara en ristre y a comprobar "in situ" lo cuestionado. Así, sin cortapisas ni manipulaciones, podrán confirmar que las hazañas históricas no sólo son las proyectadas por los poderosos, también, empleando la frase de Kierkegaard, "las que unos cuantos pescadores ofrecieron al mundo".
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